Lo que comenzo siendo una venta ambulante pateando las calles y cafés, con los años encontró su acomodo en el Kiosco (1954). Fueron años de gran expansión en el mundo de las publicaciones y de avidez por parte de la ciudadanía que, por primera vez, tenía acceso a una parte importante de la cultura a precios razonables .
Justo en todo momento intento atender las necesidades y gustos de sus clientes y lo hizó siempre con esa locuocidad y alegria que le hizó ser acreedor de la confianza y amistad de gran parte de su clientela .
Ese trabajo lo hizó a lo largo de toda su vida ayudado por su mujer (Casi ) quien dió ese toque de distinción que siempre les carazterizó. Con los años fueron incorporandose al negocio sus hijas y sobrinas que son las que continuan con la tradición familiar.
Ahí estuvo,en la avenida con sus periódicos y sus viajes (su gran pasión junto con la Real Sociedad) hasta el final de sus días en 1992.
Kiosco
Avda. la Libertad 38
Librería Justo comenzó su andadura en los albores del siglo XX .
Ponciano Ferrer, origen de todo, llego a San Sebastián con una concesión para poder vender periódicos . Inició su trabajo en el barrio del Antiguo y desde allí hasta, más o menos, la zona centro donde ahora tenemos ubicada la librería iba repartiendo los periódicos . Al poco tiempo y después de casarse con Joaquina Chivíte se situó en la esquina Marina-San Martín donde continuó con la venta y reparto de diarios . A finales de la guerra civíl y habiendo fallecido pasó a hacerse cargo del negocio su hijo mayor : Justo Ferrer , en aquellos años ayudado por sus hermanos pequeños, Antonio y Manolo .
En el año 1955 se dio un salto cualitativo; el ayuntamiento de San Sebastián instaló los primeros kioscos de prensa de la ciudad en la Avenida de la Libertad y a partir de ese momento se sumo a la venta de periódicos la de revistas . Por aquel entonces eran pocas las cabeceras pero ya entrada la década de los sesenta el mercado empezó a crecer, tendencia que se mantuvo hasta finales del siglo pasado . A pesar de la ubicación fija del kiosco durante años Justo mantuvo sus costumbres anteriores que no eran otra cosa más que la venta ambulante del periódico, sobre todo los vespertínos ("la unidad”)por las cafeterías y bares del centro de la ciudad . Así mismo podía vérsele a la entrada de la Plaza de toros en Semana Grande, en la Concha en los meses de verano (en la bajada a la playa más cercana al ayuntamiento)y en Lasarte, los domingos y festivos en las carreras de caballos, en este caso vendiendo el programa .
Tampoco se abandono en ningún momento el barrio que durante años había sido la cuna de toda la clientela y así con el tiempo se compro el local situado en la calle San Martín . Estábamos a mediados de los años 70 .
De esa manera y ayudado siempre por su mujer, Casi Ranedo, a los que con los años se sumaron sus hijas, se mantuvieron los dos puntos de venta y el reparto a domicilio de la prensa .
El kiosco, después de más de cincuenta años, se dejo de gestionar . Fue una decisión difícil pero que hubo de tomarse . En estos momentos la librería sigue su andadura , continuando la saga de su fundador y con el mismo espíritu que Justo trasmitió a todos los que trabajaron con él .
PREMIO a la Continuidad